Hay sensaciones díficil de definir con palabras pero que son tan maravillosas que nunca se han dejar pasar desapercibidas.
Una de ellas es la sensación que me provoca (no se ponerle nombre) la música en directo y en concreto un concierto de un grupo que me apasione, en esta caso era Incubus.
Desde el momento que Brandon Boyd (vocalista) apareció en el escenario se me pusieron los pelos de punta y el corazón comenzó a palpitarme a una velocidad desbordante.
El sentimiento de unión entre los fans creó un ambiente teñido de abrazos, lagrimas de emoción, sonrisas, gritos... bañados por las gotas de sudor que derramaban los cuerpos exaltados movidos frenéticamente al ritmo de la música.
Y cuando llega esa canción.... esa canción que te apasiona, que te remueve por dentro, con la que te identificas... y cantas a todo pulmón sin pensar en lo que hay a tu alrededor pues durante esos 3 min que dura solo existes tu, el cantante y esa música embriagante...
Esa canción para mi es:
Concierto, viaje y compañía fantástica.
Londres ya no me parece esa ciudad gris y fría ha tomado un atisbo de color ;)
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