viernes, 29 de junio de 2012

Des/amor

"No recuerdo haberte invitado, llamado o mencionado en un contexto de seriedad para que de repente aparecieras. 
Sentí tu presencia mucho antes de que te manifestarás e irremediablemente me topará contigo. 
Sabía que yacías en la cercanía, mientras poco a poco te inhalaba siendo presa de tu embrujo sereno y placentero...
Cegada por tus artimañas me fui arrastrando hacia ti siendo víctima de tus encantos pero justo antes de ser una prisionera escapé de tus brazos sin causar grandes destrozos. 
Me faltó una mínima excusa para una vez más escapar sin darte tiempo a seducirme. 
Cobarde y escurridiza, como siempre, volé al amparo de la libertad y la soledad, tan temida para algunos y tan apacible para otros... tan confortable para mi.
Sé que mi actitud frente a ti es fruto del miedo contenido, concebido en un pasado cercano que me impide fabricar un nuevo futuro manteniéndome anclada en un constante presente.
Quizá nunca consigas atraparme y me vaya apagando poco a poco..."

martes, 12 de junio de 2012

Reflexiones varias de un día cualquiera

La lucha continua que gestan el inconsciente con el consciente se manifiesta en los momentos en los que el intelecto se muestra más bajo de ánimos para poder contribuir a una paz artificial y subyacente.

Considero que el día a día de cada uno es una "falsa realidad" guiada por un consciente que encierra y suplanta la verdad de las acciones que quizás sabemos que son las adecuadas, pero que se ven cohibidas por falsas apariencias.Y es en los momentos más inoportunos cuando esa fuerza arrolladora se manifiesta, arrastrándonos a realizar acciones de forma burda y a la tremenda, sin el mínimo tacto... dominanos por una fuerza del latente inconsciente, que se muestra implacable.

Esta fuerza nos lleva a actuar conforme a lo que realmente sentimos y sabemos a ciencia cierta que es lo mejor para nuestros sentimientos, hábitos y pensamientos y aunque su consecuencias resulten dramáticas en primera instancia sabemos que es la manera correcta de abordar tales situaciones.

Si el incosciente me alcanzara más a menudo y en los momentos clave quizá no me lamentaría tan a menudo de las situaciones que se me presentan y de las que jamás se salir airosa.

Hay veces que solo yo se de que hablo... o igual no...