Publicidad, femenina y singular, ramera del sistema que no crees en el amor, que vives el mundo de lo sutil, el difícil juego de la provocación, del estímulo, de herir sin matar, de desear sin poseer, de poseer sin consumar nunca del todo.
Vituperada, despreciada, rechazada. Chivo espiatorio de las contradicciones del sistema. Comodín de usar y tirar.
Siempre en equilibrio entre la inteligencia y la mediocridad, entre estímulo y respuesta, activándose siempre mutuamente, atacándose sin destruirse. Juego poético de autentica recreación de lo conocido, heraldo de todo lo nuevo, maquilladora de lo vulgar, de lo aburrido y rutinario para hacerlo nuevo cada día y poder así seguir jugando, siempre, al eterno juego de la seducción.
Teofilo Marcos González
Poética y bella descripción.
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