"Los delirios que nos provocan las altas fiebres siempre son
sentimientos escondidos en los mas encrucijados recovecos que conforman el
sentir de cada uno.
Lo inconsciente aflora del alma dando forma a pensares que
la consciencia fría y serena jamás dejaría despegar sus alas para volar en la
libertad fónica y mímica.
Lloro, río, lloro, río, lloro, lloro, lloro… algo convierte
mi aparente tranquilidad en un mar de llanto que casi se materializa sin
sentido. Pero lo tiene… siempre lo tiene…
Podría apoyarme en cada una de las desgracias que giran en
torno a mis allegados... ya casi extinguidas, pero mi cabeza sabe que eso ya esta
en la otra orilla, que eso ya fue quemado y enterrado tras la última partida.
Y divago, divago… y franqueo una y otra vez el verdadero problema,
me engaño con absurdas mentiras que esconden la desestabilización que me
produce ese nuevo sentimiento que jamás llegare a comprender.
Ese sentimiento que puede ser tan bello con un colorido
atardecer a las faldas de la playa y tan doloroso como la tortura más
descabellada. Aun no es
omnipresente pero comienza a tomar parcelas del corazón que no le correspondían
causando en el caos anímico sin apenas preguntarme si yo le quería cerca.
Y entonces tu tomas el protagonismo de la caótica historia
que me envuelve jugando a tu antojo con cada sentimiento y provocando el
desorden absoluto.
Hoy eres lo que pone en mi boca una tímida y vergonzosa
sonrisilla y mañana sin previo aviso te conviertes es un gigante que arrambla
con todo lo que encuentra a su paso. Ese gigante que se alza sobre un pilar de
indeferencia y desinterés que se encarga de fabricar esas pequeñas lagrimas que
resbalan suavemente sobre mi rostro, desorganizando así la ordenada trama de
sensaciones que reside en el intelecto.
Y yo te dejo jugar a tus anchas con mi delicado bienestar
aun sabiendo que la salida se encuentra a escasos metros y aunque despide un
olor amargo restablecería el orden universal en cuestión de segundos.
Masoquismo, locura, miedo… ¿son ellos los que nos impiden
campar a nuestras anchas por los serenos campos de la estabilidad sentimental o
es la curiosidad de descubrir, palpar y experimentar en nuestras propias carnes
ese sentimiento innombrable que es capaz de conducirte a la mas bella y amarga
locura?"
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